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jueves, 19 de noviembre de 2015

Aprender de las experiencias

El otro día día viajaba en colectivo y entraba mucho aire por la ventana, simple hecho que me remitió a ocasiones anteriores en las que sentía que tanto viento no me dejaba respirar. Pero está vez la sensación fue distinta: el viento no me molestaba en lo absoluto (en realidad soy de las que casi siempre abren aunque sea un poco la ventana pero hablo de esos vientos que te vuelan hasta la cara cuando viajas). Me puse a filosofar sobre el hecho, (cosa que suelo hacer en los colectivos porque para mí son un viaje no sólo físico, sino también mental, me pienso la vida en el bondi) y me llevó a analizar las situaciones de la vida en las que nos limitamos en nuestras experiencias por no dejarlas fluir, por forzarlas a que sean como nosotros queramos. Quizás no encuentren la relación con el hecho cotidiano del viento y lo que estoy planteando pero en mi cerebro la encontré, me remontó a eso por algo, porque cuando pensaba que el viento era mucho, que no me iba a dejar respirar, justamente eso hacía, no me dejaba respirar, pero cuando me dejé llevar y disfruté la sensación, ya no me afectaba. Yo le encuentro relación con la ira, que es la intolerancia a que las cosas no sean como queremos, y como esto nos niega situaciones, experiencias de las que podemos aprender. Cuántas veces nos quedamos en el rechazo, la angustia, la culpa, y demás emociones negativas sin preguntarnos qué nos puede estar enseñando eso? Quizás la comparación es un poco tonta pero considero que la enseñanza es grande. Me gustaría que hoy nos hiciéramos esta pregunta: Aceptamos que la vida es para aprender y recibimos las experiencias que nos toque vivir, pudiendo aprender de ellas? Y cuando nos topemos con una situación difícil, sería buenompoder preguntarnos: Qué nos puede enseñar esto? Qué falta en nosotros que la vida nos muestra esto?

Éxito en tu camino!

Amor. Paz.

Noelia Soledad Russo.


viernes, 16 de octubre de 2015

¿Cómo comprender a los demás?

Hola a todos! Acá traigo otro artículo desde el kiosco... Hoy sentía esa inquietud de hacer algo (no es que hoy solo, no, jaja) y dije: blog! Así que acá estoy... Hoy me gustaría tratar un tema que es fundamental en la sociedad en la que vivimos, sociedad en la que el aislamiento parece ir aumentando, en la que abunda la intolerancia, la violencia y el otro aveces pareciera ser una molestia por el simple hecho de ser una incógnita, de no ser uno mismo y entonces no ser comprendido... Comencemos entonces a hablar sobre la la comprensión, tan importante cuestión que da lugar al otro, como toda tarea amorosa.
Para comenzar les hago unas preguntitas: ¿Creen que ustedes se comprenden? ¿Y consideran a esto fundamental para comprender a otros? Les hago esas preguntas porque son claves en este artículo, debido a que si hablamos de algo para los demás tenemos que poder, creo yo, identificarlo en nosotros mismos también.
Ahora bien, ¿Qué es comprenderse a uno mismo? Creo que sería saber los motivos que te mueven, por qué hacés lo que hacés... Entonces las preguntas podrían traducirse como: ¿Creen ustedes que entienden por qué hacen lo que hacen? ¿Y consideran a esto fundamental para saber por qué hacen lo que hacen los demás? Pero me parece que a esta construcción le faltaría algo, porque el hecho de "saber por qué hacen lo que hacen los demás" suena más a una tarea de espionaje que a algo espiritual y no da así con el sentido al que el concepto pretende llegar. Es aquí donde entra una segunda cuestión del término y es la de aceptar sin juzgar. En primera instancia entonces, entiendo que hay un motivo subyacente en cada conducta, y en segunda instancia, acepto esa conducta porque se que tuvo una causa, no hago un mero juicio al aire, si no que indagué y supe, o simplemente afirmo la existencia de causalidad sin entrar en detalles, porque no siempre se está buscándole la causa a todo (aunque yo lo hago demasiado a menudo). Con esto, aclaro, no pretendo decir que toda acción es aceptada porque tiene un motivo; si no explicar la importancia de la causalidad, del no juicio sin razonamiento y la legitimización del otro siempre y cuando no sean casos que merezcan extrema apartación, como son las violaciones, torturas, etc., que, si bien también responden a causas, son frutos de una crueldad que no puede escapar del punto y aparte. Con esto no quiero decir que haya que quemar gente en la hoguera por ser crueles, porque no soy partidaria de ese tipo de pensamiento a pesar del dolor que me causan ciertas situaciones, si no que son temas aparte. Como última aclaración, esto último tampoco quiere decir que no haya que detenerse en estos temas, al contrario, considero que debe de hacerse porque afectan a la sociedad de sobremanera, pero no es este artículo el lugar.
Volviendo al tema en sí, ahora que ya hablamos de causas, hablemos de lo interesante de estas causas... Si tenemos como hecho que toda acción tiene una causa, estamos dando un sentido al accionar propio y de otros, lo que no tiene que significar una aprobación, si no simplemente un porqué, lo que descarta conclusiones al aire como "porque es un boludo y punto", "porque es una porquería","porque sí".
 Ya sean traumas de la niñez, mal humor por algún motivo, temores, resentimiento, ira acumulada, etc., esos hechos condicionan la acción, y esto lo podemos ver en nosotros mismos, y aquí va algo interesante: ¿Al cometer un error, buscamos el por qué? Supongamos que discutimos con un ser querido y le decimos algo feo, ¿Analizamos ese accionar? ¿Reflexionamos acerca del origen de esas palabras? ¿Lo relacionamos con alguna experiencia no resuelta? ¿Intentamos resolver lo no resuelto? ¿Tratamos de no repetir ese disgusto la próxima? ¿Y si es del otro lado? ¿Si es otro el que nos ofende a nosotros qué hacemos? Si no podemos hacerlo con nosotros mismos, ¿Por qué lo haríamos con los demás? Si no nos entendemos a nosotros mismos, ¿Por qué sí entenderíamos a otros? Aquí está entonces el dato clave, como se insinuó al principio. La autoobservación es fundamental para evolucionar como personas y para comprender a los demás.
Si alguien nos dice algo feo seguramente nos estará dando vueltas todo el día, pero ¿pensamos en sus causas? Lo más probable es que, innundados de sentimientos negativos, lo que menos queramos hacer es pensar en motivos que puedan de algún modo hacernos entender a esa persona que "nos provocó esos sentimientos", porque, por supuesto, nuestro fiel ego está ahí taladrándonos la cabeza por si se nos ocurriera actuar en su contra... Y esto es un reflejo de lo que nos pasa con nosotros mismos, nada más que, por orgullo o algún otro motivo, no siempre sucede que simplemente no nos analizamos porque no se nos ocurrió, si no que nos autoengañamos porque no queremos descubrir que quizás no teníamos razón, o que por más razón que tengamos, tenemos que ser buenos...
La autocrítica comprensiva es algo que se puede ir desarrollando y nos sirve muchísimo en la vida, solo hay que tener ganas y analizarnos... ¿Por qué le dije tal cosa? ¿Lo creo realmente? ¿Por qué lo creo? ¿Si no lo creo, qué puede haber de fondo que me hizo decir tal barvaridad? ¿Qué oscuros sentimientos albergo en mi interior? Dentro nuestro tenemos la llave para resolver los misterios, ¡indaguen!

Si hay comprensión hay mayor tolerancia, y a mayor tolerancia menos violencia... Si queremos un mundo mejor no esperemos sentados, empecemos por lo primero, como siempre digo: UNO MISMO! ¿Qué es lo que tenemos más cerca? ¡A nosotros mismos! ¡Y eso no sucede por nada! ¡Siempre estamos con nosotros mismos! Y es allí donde tenemos que trabajar en un comienzo para abarcar luego más campos. Esa siempre es la clave.

Tu mente también construye tu realidad

Cada vez que te enojas estás afirmando que querés más enojos en tu vida, cada vez que actúas como víctima estás afirmando que querés ser una víctima.


Ese hermoso pensamiento lo saqué de Luis L. hay, persona muy inspiradora a la que me gusta mucho escuchar y la recomiendo.

Por qué lo traigo acá? Porque es clave para entender cómo funciona nuestra mente y cómo con ella creamos nuestra vida, tema que me pareció que no podía faltar en mi blog.

Es probable que pienses que la mente es una cosa y la realidad física otra, y sí, son planos distintos, pero no por ello desconectados... Al ser seres físicos, emocionales y mentales a la vez estos tres aspectos se conectan, porque vinimos a vivir una realidad física pero con pensamientos y emociones, por eso lo que pensamos y sentimos se manifiesta, por ejemplo, si sentimos odio actuamos con violencia. Se entiende un poquito más ahora porqué se escucha por todos lados "sé positivo", "pensá en positivo", " hay que ser positivo" y bla,bla,bla? Si pensamos en positivo nos estamos alineando con esa vibración y vamos a pasarla a todos nuestros planos, no va a quedarse simplemente en el mental, y esto tiene coherencia, te imaginás a alguien muy existoso pasándose la vida pensando en negativo? Y no es por el hecho de que ya haya logrado el éxito, porque te imaginás entonces a esa persona planeando lograr sus metas pensando cosas negativas?

 Es así, parecerá frase trillada pero el universo es mental, lo que pensamos somos... Es una ley metafísica. Además de qué nos sirve pensar negativamente? Si así no resolvemos nada. A lo sumo, si queremos resolver algo nos conviene pensar solo en la solución pero no insistir e insistir con el problema.

 Hurgando en toxicidades que tienen que subyacer en conciencias contaminadas de negatividad, pude descubrir algunas causas por las cuales las personas piensan en forma negativa: por estar desilusionadas por haber pensado positivamente alguna vez y que no les haya funcionado, a lo que respondo que tampoco es una magia instantánea porque son patrones que se van formando; además, muchas veces podemos creer que estamos pensando en positivo pero en realidad es solo un ratito y durante el día pensamos un montón de cosas devastadoras (para comprender más esto te propongo el ejercicio de revisar diariamente sus pensamientos y clasificarlos como positivos, negativos o neutros, lo que probablemente te sorprenda);haber perdido la alegría de vivir y comenzar a creer que todo da igual, que ya nada importa, o también puede ser el hecho de esperar que sean los demás los que nos solucionen la vida y resistirnos a hacer las cosas nosotros, y al ver que ellos no hacen eso, refugiarse en  un "la vida es una porquería, para qué pensar en positivo?" con tal de no actuar nosotros. Y mirá con este último  caso hasta qué punto puede llegar el humano resistiéndose a vivir por sí mismo! Cuando en realidad la vida la vivimos nosotros solos, en compañía pero por nuestras propias desiciones. Si se lo piensa unos instantes es una completa locura dejar en manos de otra persona la vida de uno, y sin embargo hay gente que, quizás sin analizarlo, lo hace.

Talvez podrías no terminar de convencerte con este paradigma y es entendible porque estás acostumbrado/a a vivir sólo en lo físico, confiando en esa separación de los tres cuerpos, pero si te interesa intentar podés probar, convencerte de que te merecés lo mejor, y no por vanidad, si no por ser parte de la creación y tener cosas maravillosas que ofrecer, al igual que los demás; creer que ya vivís lo bueno, y hacerlo en el presente, porque las afirmaciones se hacen en el  presente, y no vas a ver resultados inmediatos pero sí con el tiempo.

Antes de dar un cierre al artículo aclaro que no es la cuestión de dicho cierre ponerse en contra de la ciencias de la realidad física que demuestran la gran capacidad del ser humano para investigar, transformar y contribuir al bien común (aunque no siempre tenga lugar esto último), sino reflexionar sobre el hecho de que son físicas, entonces tomando solo sus leyes el conocimiento estaría incompleto y no descubriríamos realmente porqué vinimos al mundo, debido a que no creeríamos en nada que esté más allá, y con lo físico no alcanza para explicar lo físico, aclarado esto, sigo con lo que iba a decirte: Siempre recordá que la existencia para vos es un misterio, porque no sabés, el hecho de que un científico venga y te diga que somos fruto de una explosión de materia planetaria no te hace sabio, porque qué enseñanza profunda te deja eso a vos? Te mostró el camino? Te ayudó a comprenderte a vos mismo? A los demás? Calmó tu vacío existencial? Seguir solo a las ciencias físicas nos sigue dejando sumergidos en la incertidumbre y mundanidad que no permite elevarnos, si no todo lo contrario, mantenernos flotando en la nada, en la que no vamos ni venimos, ni siquiera nos dejamos ser, y es más, hacen que pise tan fuerte esas teorías que ni siquiera se cuestionan tanto, se aceptan porque sí, porque las dijo alguien que era científico y nadie sabe más que un científico, que puede estar sólo, desvastado, infeliz, al borde del suicidio, pero nadie sabe más que él...


Que tengan buen fin de semana! :)

miércoles, 26 de agosto de 2015

Los sentimientos...

Hace un tiempo atrás, se creia que las emociones (se llaman emociones antes de que uno las nombre y les de un sentido, posterior a esto pasan a llamarse sentimientos) entorpecían al humano, porque interferían en su racionalidad. Así, las emociones eran infravaloradas por ser consideradas una molestia, y entonces había que evitarlas. Pero en la modernidad este paradigma cambió y se empezó a dignificarlas, alegando que eran estas el impulso a la acción, que bajo ellas actuamos y son, por lo tanto, lo que determina que se actúe de una forma y no de otra.

 Hoy en día entonces, es de común conocimiento que las emociones forman parte de nuestra vida cotidiana y que no tenemos que evitarlas todo el tiempo, pero ¿Cómo actuamos al respecto? ¿Siempre las dejamos ser parte? Planteénsen estas preguntas pensando en cómo accionan ustedes... 

Yo diría que la vida moderna nos lleva a tirar más para el lado racional que el emocional. Pensemos tan solo un momento en cómo actuamos a solas y cómo lo hacemos en público... Hay personas y personas, por supuesto, pero, en general, las personas suelen vivir enmascaradas, siendo unas a solas y otras en sociedad. Hoy en día pareciera que mostrar los sentimientos es pecado: llorar en público es de tonto, reir a carcajadas significa miradas acusadoras de los demás o de uno mismo, decir lo que sentimos es todo un reto, y así muchos otros ejemplos... ¿Y cuál es el problema de esto? Muy sencillo: que no somos siempre quienes somos, lo que conlleva problemas. Si somos de tal forma, ¿Por qué debemos fingir ante los demás? ¿Qué hay de malo en mostrar los sentimientos? En las respuestas nos podemos encontrar con un cóctel de rechazo, burlas, marginación, etc. ¿Pero por qué? Si todos tenemos sentimientos... Si uno se lo pone a analizar, es totalmente ridículo despreciar la actidud de otro de mostrar algo que uno mismo también tiene... ¿Entonces por qué pasa esto?

Escarbando en el tema, extraje la conclusión de que molesta ver a otro hacer lo que uno no puede. Yo creo que es doloroso guardarse los sentimientos y andar por la vida como si no existiesen cuando están ahí haciendo fuerza para salir. Cuando esto pasa, la persona actúa contrariándose, lo que le provoca angustia, que puede estar naturalizada, pero no por eso deja de ser angustia. Ante esta situación, es una patada en el estómago ver a otro paseándose por la vida dejando que vean sus sentimientos como si nada, y por eso esta acción es repudiada, para que deje de hacerlo. Pero entonces, si la persona uno, la que no muestra los sentimientos, quiere hacerlo... ¿Por qué no lo hace? Bueno, es que es un círculo vicioso en el que la sociedad condena y yo condeno... La sociedad no me deja mostrar mis sentimientos, yo obdezco y luego hago obedecer, como parte de la sociedad, porque me produce esa patada, esa molestia, así que ni siquiera es necesaria una coerción por parte de la sociedad, yo colaboro por mi propia cuenta en su beneficio. 

Pero ¿Por qué pasa esto? ¿Cómo surge? Bueno, quizás haya que hacer, para obtener la respuesta, todo un análisis sociológico, analizando a la sociedad haciendo un relevamiento histórico y analizando luego la realidad que vivimos hoy en día, teniendo en cuenta muchos factores... Mi teoría, sin haber hecho exhaustivos análisis, es que quedan algunos vestigios de esas sociedades antiguas en las que mostrar los sentimientos era mal visto... Pensemos que, antiguamente, las familias ni siquiera se mantenían unidas por lazos afectivos, se arreglaban matrimonios por conveniencia y la cultura yacía en un patriarcado machista en el que la energía femenina carecía prácticamente de valor más que para la realización de algunas tareas... Dicha energía femenina, de intuición, creatividad y sentimientos, estaba poco desarrollada en el mundo anteriormente, y creo yo que aún sigue pasando... El mundo es más racional que creativo/intuitivo/sensitivo... Si analizamos la estructura, por ejemplo, vivimos en un sistema capitalista, calculador, frívolo, de negocios, números, en el que el que piensa más gana, y el que siente más perdió, según su lógica. No hay tiempo para los sentimientos en el mundo capitalista, el tiempo es dinero, si no tenés tiempo no tenés dinero y sin dinero no vivís, eso se plantea. Con un modelo así, ¿Qué pueden hacer los sentimientos?

Pese a todo esto, yo creo que con el hecho de elegir a la pareja, tener un vínculo amoroso con la familia (sin entrar en detalles), haber mayor desarrollo de las tareas creativas y espirituales, se avanzó mucho a lo largo de los siglos... Además, en realidad no estoy teniendo en cuenta a cada sociedad en particular, si no haciendo un análisis muy general; convengamos, por ejemplo, que las sociedades inglesas en la edad media no eran iguales a las civilizaciones indígenas, las cuales considero yo, tenían mayores lazos afectivos, pero habría que hablar aquí de la imposición idelógica y destrucción que trajeron las invasiones de los racionales europeos y hablar también de los sacrificios indígenas a los dioses y demás cosas no muy colaboradoras con la vida...

Pero bueno, dejemos ahora el análisis y vamos a lo que quiero llegar con todo esto... Cuando uno oculta los sentimientos, está ocultando una gran parte de sí mismo, no se está dejando ser... El poder hacerlo sin importar lo que digan es evolucionar. Y el problema que trae no hacerlo es inmenso, porque no se encuentra el camino, lo que se vino a hacer, la misión de vida. Al actuar en enemistad con los sentimientos, que son la expresión que encuentra nuestra alma en nuestro cuerpo físico, no buscamos quienes somos, no entendemos muchísimas cosas, no encontramos lo que queremos, de donde venimos y hacia donde vamos, estamos en la nada. Es por todo esto que insisto con el tema y en otros artículos voy a especificar mucho más todo esto, pero al menos saberlo y entenderlo ya es un paso.

Espero que puedan comenzar a escuchar más sus sentimientos, ir conociendo qué quieren, qué buscan, qué son, ir abriendo puertas y acercándose al lugar en el que tienen que estar.

¡Éxito en tu camino!

Paz y amor a todos.


Noelia Soledad Russo.


La paloma

El otro día estaba observando a una paloma. Ella comía restos de comida que había tirados en el piso. Comía apurada, se alejaba cuando se acercaba algún humano y luego volvía por su comida. Observé este comportamiento repetitivo todo el tiempo que pude, o sea, hasta que vino el colectivo. 

Me sentía muy bien observándola. Observaba sus plumas, su pico, sus ojos, la forma en la que comía, le brindaba mi atención a ella, como una especie de regalo que se le puede hacer a la naturaleza y a mí misma, parte de esa naturaleza. Así también pensaba en lo molesto que debería ser comer tan apurada, con miedo a que alguien te haga daño, y de ahí mi pensamiento se extendía hacia el ser humano y su afán de destrucción a veces, que puede provocar cosas como esas...

  Para mí esta escena tuvo tanta importancia que tuve que dedicarle un artículo. Muchos dirán ¡pero si es solo una paloma comiendo! ¿Qué puede tener de interesante? Justamente eso. Era un ser de la naturaleza haciendo algo que necesitaba para su supervivencia: comer, y así, haciendo eso, ella podía seguir siendo lo que era: una paloma, y seguir existiendo con nosotros siendo una paloma, regalándonos ese esplendor: su esencia. Y como si fuera poco, ahí entramos nosotros también, en el modo en el que interactuamos con ella ¿Cuántas veces vimos palomas haciendo esto tan maravilloso, regalándonos su presencia, ofreciéndonos algo qué mirar que no sea odio, destrucción, violencia, etc. y les prestamos atención? Si alguien se pelea en la calle con otra persona enseguida es digno de un montón de cabezas que giran en pos de ver lo que pasa, pero las pobres palomitas pasan desapercibidas ¿Por qué? Porque no hacen escándalo, porque no perturban, porque están siendo con el universo...

¿Entonces después por qué buscamos que haya paz, si nosotros no colaboramos con la paz? Quería mostrarles con este artículo como una simple paloma, como la llamarán algunos, puede darnos una gran enseñanza, un mensaje, puede hasta colaborar con nuestra misión si prestamos atención a su naturaleza.

 Me encontraba yo apreciando la escena en una parada de colectivo, con gente que esperaba conmigo y notaba de reojo que el hombre que estaba detrás mío me miraba pero no prestaba demasiada atención a eso, mi interés era la paloma ¿Por qué debería de importarme que los demás piensen que estoy loca por observar a un ser que está allí, que es visible y que no hace daño alguno en ese momento? Yo podría pensar que están locos esos que se detienen a ver el disturbio, tomando más de eso, siendo eso y no colaborando con la paz... Sería muy tonto no hacer lo que uno desea solo por los demás... Tu camino es tuyo y nadie más puede vivirlo por vos.

Acá se trata de ser, buscar tu esencia... Si quiero mirar una paloma, lo hago, si quiero mirar el escándalo también, pero analizar los porqués te va a guiar mejor en tu camino... ¿Por qué miro a la paloma? ¿Por qué el escándalo?

¡Éxito en tu camino!

Paz y amor a todos.


Noelia Soledad Russo.





martes, 2 de junio de 2015

Lástima y compasión, la importancia de diferenciarlas.

 La palabra lástima es muy usada, tanto que para muchos resultará raro expresar lo que antes hacían con dicho término utilizando otro. Pero considero que estaría bueno replanteárselo, y en este artículo voy a explicar por qué. Como menciona el título, voy a escribir también sobre otro término: compasión y lo voy a comparar con la lástima para llegar al punto que deseo.
 Como bien dije al principio, el concepto de lástima es de común uso, ¿Pero alguna vez se plantearon lo que significa? Busquen en su interior ahora el significado de esa palabra (háganlo porque sirve para ir descubriendo cosas de ustedes mismos). Ahora que ya lo hicieron, pasamos al otro término, la compasión. No sé si habrán oído o leido todos ustedes acerca de ella  y si alguna vez se pusieron a pensar en lo que era. Repetimos ahora el ejercicio anterior con este término también antes de seguir adelante.
 Bueno bien, ahora voy a detallar yo lo que me interesa destacar de estos conceptos y pueden compararlo con sus análisis, por supuesto. Lástima y compasión no son lo mismo; no es lo mismo tenerle lástima a alguien que tenerle compasión. Es común que digamos: pobre hombre, me da lástima, pero expresiones de ese tipo no son muy favorables. Cuando hablamos tanto de lástima como de compasión nos mueve un sentimiento, un sentimiento de empatía para con el otro, percibimos que hay algo que le causa sufrimiento y nos conmueve, nos mueve algo internamente que nos impulsa a decir cosas como el ejemplo que di arriba y/o a ayudarlo/a. Pero esta empatía puede estar envuelta por distintos pensamientos y sentimientos, y es aquí donde radica la diferencia entre ambos terminos. Cuando hablamos de lástima, tenemos aunados a ese sentimiento de solidaridad la creencia de que el otro no puede: me da lástima porque sufre y seguirá sufriendo, porque no es capaz, es una lástima. En cambio, cuando hablamos de compasión, el sentimiento va más allá, rodeando al otro en una capa amorosa en la que no solo soy conciente de su sufrimiento y me importa, si no que también lo creo capaz de superarse, de encontrar el camino, de salir de lo que sea que lo esté haciendo sufrir
 Propongo algunos ejemplos para ilustrar un poco el tema: Por ejemplo, una persona nos cuenta que se siente mal porque tiene sobrepeso, que eso reduce su movilidad, que sabe que va de la mano con un problema de autoestima y que desea poder solucionarlo, ¿Por qué diríamos: pobre, siento lástima por ella? Si puede buscar la causa a su problema y solucionarlo, poniéndose en mente que va a lograrlo y que cada vez le falta menos. Está sufriendo y el proceso tarda, lo que le representa más dolor, pero la creemos capaz y le brindamos nuestro apoyo, teniendo en cuenta que el estar viviendo una situación en un momento determinado no significa tener que hacerlo siempre. O bien también puedo traer al relato a la persona que pasa desapercibida, a la que la lástima, por supuesto, la hundiría aún más abajo ¿Por qué lástima? Esa persona debe trabajar en sí misma y autoafirmarse. No debemos sentir lástima si no ayudarla, brindarles nuestro aliento. La compasión amorosa, reconociendo su dolor y desearle con amor que la resuelva, es algo totalmente distinto. Las personas carenciadas son un buen ejemplo también. Es tarea de mucha luz brindarles nuestra ayuda, pero no anclada a lástima, si no deseándoles que puedan salir. La pobreza tiene también cuestiones arraigadas, tiene causas y es posible combatirla, y aún así, aunque no lo hicieran, el pobre no es menos, sigue siendo una persona. Otro ejemplo, un poco más arriesgado, puede ser una persona a la que le faltan los brazos y las piernas. Su situación puede generarnos una empatía muy grande, pero no por eso debemos sentir lástima. Es cierto aquí que, por más esfuerzo que haga, esa persona no volverá a tener los miembros que le faltan, pero no por eso tenemos que verlo como incapaz, como que no puede porque le falta. Es verdad, no podrá hacer algunas cosas, pero identificarlo como el pobre que no puede es dañino. Si por ese sentimiento de empatía lo excluimos, estamos saboteando nuestro sentimiento; lo más fructífero es desearle amor y mirarlo con alegría. Me voy por último a un caso más extremo: una persona con un síndrome que le impide obrar por su cuenta. Me tocó conocer un caso así hace más de 10 años ya... Mi abuelita iba ocasionalmente a la casa de una señora cerca de su casa que padecía uno de estos síndromes, desconozco cuál... La nena tenía unos 7 años y no hablaba, no caminaba, no jugaba; la recuerdo con la boca abierta tumbada en brazos de su madre o en una sillita para bebés. Recuerdo que yo me sentía muy triste por ella y que era muy impactante. En estos casos la persona no es capaz de hacer practicamente nada, y no sabemos qué es lo que hay en sus pensamientos o qué siente, por eso solo nos resta desearles lo mejor, sabiendo que viven esa experiencia por algún motivo y que ya pasará...
Para que quede en claro antes de cerrar, no estoy diciendo con todo esto que haya que ir por la vida con una enorme cuota de insensibilidad, sin conmovernos por nada de lo que le pase a los demás, si no que la lástima no es realmente satisfactoria porque ve al otro como incapaz, pero sí la compasión, porque es empatía que reivindica al otro diciéndole: ¡Vos podés! Si no es en esta vida será en otra pero lo vas a lograr. Yo te dignifico, no te considero menos y te deseo lo mejor.

¡Éxito en tu camino!

Paz y amor a todos.


Noelia Soledad Russo.