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miércoles, 26 de agosto de 2015

Los sentimientos...

Hace un tiempo atrás, se creia que las emociones (se llaman emociones antes de que uno las nombre y les de un sentido, posterior a esto pasan a llamarse sentimientos) entorpecían al humano, porque interferían en su racionalidad. Así, las emociones eran infravaloradas por ser consideradas una molestia, y entonces había que evitarlas. Pero en la modernidad este paradigma cambió y se empezó a dignificarlas, alegando que eran estas el impulso a la acción, que bajo ellas actuamos y son, por lo tanto, lo que determina que se actúe de una forma y no de otra.

 Hoy en día entonces, es de común conocimiento que las emociones forman parte de nuestra vida cotidiana y que no tenemos que evitarlas todo el tiempo, pero ¿Cómo actuamos al respecto? ¿Siempre las dejamos ser parte? Planteénsen estas preguntas pensando en cómo accionan ustedes... 

Yo diría que la vida moderna nos lleva a tirar más para el lado racional que el emocional. Pensemos tan solo un momento en cómo actuamos a solas y cómo lo hacemos en público... Hay personas y personas, por supuesto, pero, en general, las personas suelen vivir enmascaradas, siendo unas a solas y otras en sociedad. Hoy en día pareciera que mostrar los sentimientos es pecado: llorar en público es de tonto, reir a carcajadas significa miradas acusadoras de los demás o de uno mismo, decir lo que sentimos es todo un reto, y así muchos otros ejemplos... ¿Y cuál es el problema de esto? Muy sencillo: que no somos siempre quienes somos, lo que conlleva problemas. Si somos de tal forma, ¿Por qué debemos fingir ante los demás? ¿Qué hay de malo en mostrar los sentimientos? En las respuestas nos podemos encontrar con un cóctel de rechazo, burlas, marginación, etc. ¿Pero por qué? Si todos tenemos sentimientos... Si uno se lo pone a analizar, es totalmente ridículo despreciar la actidud de otro de mostrar algo que uno mismo también tiene... ¿Entonces por qué pasa esto?

Escarbando en el tema, extraje la conclusión de que molesta ver a otro hacer lo que uno no puede. Yo creo que es doloroso guardarse los sentimientos y andar por la vida como si no existiesen cuando están ahí haciendo fuerza para salir. Cuando esto pasa, la persona actúa contrariándose, lo que le provoca angustia, que puede estar naturalizada, pero no por eso deja de ser angustia. Ante esta situación, es una patada en el estómago ver a otro paseándose por la vida dejando que vean sus sentimientos como si nada, y por eso esta acción es repudiada, para que deje de hacerlo. Pero entonces, si la persona uno, la que no muestra los sentimientos, quiere hacerlo... ¿Por qué no lo hace? Bueno, es que es un círculo vicioso en el que la sociedad condena y yo condeno... La sociedad no me deja mostrar mis sentimientos, yo obdezco y luego hago obedecer, como parte de la sociedad, porque me produce esa patada, esa molestia, así que ni siquiera es necesaria una coerción por parte de la sociedad, yo colaboro por mi propia cuenta en su beneficio. 

Pero ¿Por qué pasa esto? ¿Cómo surge? Bueno, quizás haya que hacer, para obtener la respuesta, todo un análisis sociológico, analizando a la sociedad haciendo un relevamiento histórico y analizando luego la realidad que vivimos hoy en día, teniendo en cuenta muchos factores... Mi teoría, sin haber hecho exhaustivos análisis, es que quedan algunos vestigios de esas sociedades antiguas en las que mostrar los sentimientos era mal visto... Pensemos que, antiguamente, las familias ni siquiera se mantenían unidas por lazos afectivos, se arreglaban matrimonios por conveniencia y la cultura yacía en un patriarcado machista en el que la energía femenina carecía prácticamente de valor más que para la realización de algunas tareas... Dicha energía femenina, de intuición, creatividad y sentimientos, estaba poco desarrollada en el mundo anteriormente, y creo yo que aún sigue pasando... El mundo es más racional que creativo/intuitivo/sensitivo... Si analizamos la estructura, por ejemplo, vivimos en un sistema capitalista, calculador, frívolo, de negocios, números, en el que el que piensa más gana, y el que siente más perdió, según su lógica. No hay tiempo para los sentimientos en el mundo capitalista, el tiempo es dinero, si no tenés tiempo no tenés dinero y sin dinero no vivís, eso se plantea. Con un modelo así, ¿Qué pueden hacer los sentimientos?

Pese a todo esto, yo creo que con el hecho de elegir a la pareja, tener un vínculo amoroso con la familia (sin entrar en detalles), haber mayor desarrollo de las tareas creativas y espirituales, se avanzó mucho a lo largo de los siglos... Además, en realidad no estoy teniendo en cuenta a cada sociedad en particular, si no haciendo un análisis muy general; convengamos, por ejemplo, que las sociedades inglesas en la edad media no eran iguales a las civilizaciones indígenas, las cuales considero yo, tenían mayores lazos afectivos, pero habría que hablar aquí de la imposición idelógica y destrucción que trajeron las invasiones de los racionales europeos y hablar también de los sacrificios indígenas a los dioses y demás cosas no muy colaboradoras con la vida...

Pero bueno, dejemos ahora el análisis y vamos a lo que quiero llegar con todo esto... Cuando uno oculta los sentimientos, está ocultando una gran parte de sí mismo, no se está dejando ser... El poder hacerlo sin importar lo que digan es evolucionar. Y el problema que trae no hacerlo es inmenso, porque no se encuentra el camino, lo que se vino a hacer, la misión de vida. Al actuar en enemistad con los sentimientos, que son la expresión que encuentra nuestra alma en nuestro cuerpo físico, no buscamos quienes somos, no entendemos muchísimas cosas, no encontramos lo que queremos, de donde venimos y hacia donde vamos, estamos en la nada. Es por todo esto que insisto con el tema y en otros artículos voy a especificar mucho más todo esto, pero al menos saberlo y entenderlo ya es un paso.

Espero que puedan comenzar a escuchar más sus sentimientos, ir conociendo qué quieren, qué buscan, qué son, ir abriendo puertas y acercándose al lugar en el que tienen que estar.

¡Éxito en tu camino!

Paz y amor a todos.


Noelia Soledad Russo.


La paloma

El otro día estaba observando a una paloma. Ella comía restos de comida que había tirados en el piso. Comía apurada, se alejaba cuando se acercaba algún humano y luego volvía por su comida. Observé este comportamiento repetitivo todo el tiempo que pude, o sea, hasta que vino el colectivo. 

Me sentía muy bien observándola. Observaba sus plumas, su pico, sus ojos, la forma en la que comía, le brindaba mi atención a ella, como una especie de regalo que se le puede hacer a la naturaleza y a mí misma, parte de esa naturaleza. Así también pensaba en lo molesto que debería ser comer tan apurada, con miedo a que alguien te haga daño, y de ahí mi pensamiento se extendía hacia el ser humano y su afán de destrucción a veces, que puede provocar cosas como esas...

  Para mí esta escena tuvo tanta importancia que tuve que dedicarle un artículo. Muchos dirán ¡pero si es solo una paloma comiendo! ¿Qué puede tener de interesante? Justamente eso. Era un ser de la naturaleza haciendo algo que necesitaba para su supervivencia: comer, y así, haciendo eso, ella podía seguir siendo lo que era: una paloma, y seguir existiendo con nosotros siendo una paloma, regalándonos ese esplendor: su esencia. Y como si fuera poco, ahí entramos nosotros también, en el modo en el que interactuamos con ella ¿Cuántas veces vimos palomas haciendo esto tan maravilloso, regalándonos su presencia, ofreciéndonos algo qué mirar que no sea odio, destrucción, violencia, etc. y les prestamos atención? Si alguien se pelea en la calle con otra persona enseguida es digno de un montón de cabezas que giran en pos de ver lo que pasa, pero las pobres palomitas pasan desapercibidas ¿Por qué? Porque no hacen escándalo, porque no perturban, porque están siendo con el universo...

¿Entonces después por qué buscamos que haya paz, si nosotros no colaboramos con la paz? Quería mostrarles con este artículo como una simple paloma, como la llamarán algunos, puede darnos una gran enseñanza, un mensaje, puede hasta colaborar con nuestra misión si prestamos atención a su naturaleza.

 Me encontraba yo apreciando la escena en una parada de colectivo, con gente que esperaba conmigo y notaba de reojo que el hombre que estaba detrás mío me miraba pero no prestaba demasiada atención a eso, mi interés era la paloma ¿Por qué debería de importarme que los demás piensen que estoy loca por observar a un ser que está allí, que es visible y que no hace daño alguno en ese momento? Yo podría pensar que están locos esos que se detienen a ver el disturbio, tomando más de eso, siendo eso y no colaborando con la paz... Sería muy tonto no hacer lo que uno desea solo por los demás... Tu camino es tuyo y nadie más puede vivirlo por vos.

Acá se trata de ser, buscar tu esencia... Si quiero mirar una paloma, lo hago, si quiero mirar el escándalo también, pero analizar los porqués te va a guiar mejor en tu camino... ¿Por qué miro a la paloma? ¿Por qué el escándalo?

¡Éxito en tu camino!

Paz y amor a todos.


Noelia Soledad Russo.