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viernes, 20 de mayo de 2016

La evolución por modalidad

La modalidad cardinal empieza con Aries y el espíritu de lucha y acción, la primera chispa divina que todo lo pone en marcha, pero Aries no piensa, solo actúa. Luego, con Cáncer, se hace una pausa para reflexionar, se sabe que se debe seguir avanzando pero que esto no es posible sin saber quién se es, sin formar una consciencia, tomar fragmentos del exterior y crear el yo interno, por eso Cáncer es el inicio del mundo interno, luego de un trabajo de meditación y reflexión. Ya con Libra, la acción va de la mano de los demás, porque es un signo social, y se comienza a hacer para los demás, a trabajar para la sociedad, no solo para uno mismo. Libra representa el equilibrio, pero a veces se sobrepasa el “no yo” y se olvida de “yo”, por lo que se complementa con Aries, porque somos dar y recibir. Por último, está el signo de Capricornio, el que debe trabajar duro para que todo esto se active, y el que otorga un factor muy importante, el del tiempo. A veces se nos olvida la importancia del tiempo y queremos todo “a lo Aries”, en el momento, pero una evolución sin etapas podría traer graves consecuencias por no estar preparado para ello. El maestro de karma nos enseña que todo lleva su tiempo, por más cardinal que se sea.

La modalidad fija, por su parte, comienza con Tauro, con la sujeción a ideas, tradiciones, costumbres que no se quieren soltar porque brindan comodidad y seguridad. Luego sigue Leo con una idea formada de lo que se es, y con deseos de brillar continuamente por eso que tiene y de lo que desea presumir, y todo es más placentero mientras pueda mostrar su esencia. Los cambios también lo aterran porque entonces no sabría lo que es y sentiría que carecería de motivos para ser amado, no tendría nada especial que fuera fijo. Pero ya con Escorpio, el segundo signo fijo, esto se modifica, el terremoto escorpiano barre con lo que no sirve para crear una revolución que puede ser tan destructiva como constructiva. Escorpio es terror para Tauro porque lo lleva a lugares a los que no quiere ir, a buscar lo reprimido y enfrentarlo, a mirar a la vida a la cara y ver el todo, no solo el lado que le gusta; por eso se oponen. Tauro desea sensualidad y placer, pero Escorpio quiere la sublimación del sexo, no es placer por placer, es la posibilidad de sentir la grandeza dentro de sí, fusionarse con parte de la creación para traspasar las fronteras del yo. Con Tauro el sexo se disfruta pero con Escorpio se vive con verdadera pasión, porque va más allá del cuerpo, algo muy propio de ese signo. Y también representa un terror para el orgulloso Leo porque lo enfrenta con su “parte fea”, por lo que forman aspecto de cuadratura. Por último, el tercer signo fijo es Acuario, que recoge lo que se sembró con Escorpio para elevarlo aún más y mostrarle a la humanidad lo que se aprendió, para que todos puedan ver más allá de sus ojos. Acuario quiere liberarse del encierro y hablarles a todos de la libertad, de lo que podría lograrse si fuéramos conscientes de que somos más que un cuerpo, algo que viene desde Escorpio y la búsqueda de lo oculto.

La última modalidad es la mutable, la del cambio y la adaptabilidad. Empieza con Géminis, el signo de la comunicación y la dualidad. Géminis necesita adaptarse a cosas nuevas porque está regido por Mercurio, el planeta de la comunicación y el intelecto, por lo que está en intercambio y aprendizaje constante. A este signo le gustan las nuevas experiencias y aprender un poco de todo, pero es bastante inestable. El segundo signo mutable es Virgo, que viene a transmutar esa energía con dolor, porque es un signo femenino y de tierra. Virgo nos enseña que no se puede vivir en el aire geminiano, que tenemos responsabilidades que afrontar, trabajo que hacer, un cuerpo que cuidar. A pesar de ser mutable y estar regido también por Mercurio, la mente virginiana es bastante cerrada, y su excesivo pensamiento siempre termina reafirmando las mismas ideas, o considera los puntos de vistas ajenos pero siempre dentro de un marco bastante estrecho. Virgo es servicio pero le cuesta arriesgarse, su foco está puesto en la materia, le da sentido práctico a Géminis pero no va más allá. Con Sagitario la mente se expande, los marcos se amplían y hay más oportunidades, por eso lo rige Júpiter. Este signo da un vuelco en la modalidad y empieza a buscar la verdad, no solo la que pudo tomar Géminis recopilando información, ni la que organizó y sobre la que reflexionó Virgo, si no más verdad, verdades que escapan a la mente humana, por eso es la mente superior. Con Sagitario tenemos la posibilidad de ensanchar nuestros horizontes humanos y abrirnos a posibilidades que van más allá de lo físico, es el último signo de fuego, la chispa del ser que tuvo su evolución y ahora quiere irradiar ese fuego hacia toda la humanidad. Por último, Piscis, vuelve a recibir todo lo que se trabajó anteriormente pero de manera más sacrificada, mucho más que Virgo, porque sobre él se encuentra el peso de toda la humanidad. Virgo es el cuerpo físico y Piscis el espiritual, donde Virgo ve razón, Piscis ve sentimientos. Virgo es el pensamiento lógico y Piscis el intuitivo. Por todo eso y más se encuentran opuestos. La carga de Piscis es la de la humanidad entera, porque es el último de todos. Por lo tanto, toma los dolores para transmutarlos, es el encargado de que se vuelva hacia la fuente, por eso duele tanto, porque es el cambio más difícil de hacer, +el de renunciar a todo. Luego de tanto trabajo y evolución, cuesta abandonar todo y regresar, comprender que ya aprendimos lo suficiente, fundirnos en el amor incondicional y simplemente sanar. Muchas veces nos encerramos en otras energías, nos apegamos a las bajezas de este mundo para no ir más allá, no queremos ver, nos cegamos, y cuanto más reacios estamos, más duele la lección de Piscis.

-Para más Astrología:

                                                                                                        Noelia Soledad Russo.


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